“Mindfulness (atención plena) es estar completamente despierto en nuestras vidas. Se trata de percibir la exquisita intensidad de cada momento…” (John Kabat-Zinn)
¿Qué es el MINDFULNESS?
El profesor de medicina John Kabat-Zinn, define la práctica de mindfulness como el proceso mediante el cual podemos ser observadores activos de nuestra mente y cuerpo, permitiendo que las experiencias diarias vayan convirtiéndose en pequeños momentos desligados del resto y aceptándolos tal como son. No implica rechazar las ideas, intentar eliminarlas o juzgarlas, tan solo nos permite estar en el momento presente, familiarizándonos con las experiencias que estamos viviendo.
Esta práctica está integrada dentro de las llamadas “terapias de tercera generación de la psicología”, junto con la terapia de aceptación y compromiso (ACT) o la terapia dialéctica conductual (DBT), entre otras.
El mindfulness o atención plena está formado por 5 componentes:
- Atención al momento: centrándonos en el aquí y ahora, sin pensar en lo que ha pasado o podría pasar.
- Mente principiante: consiste en observar las experiencias diarias sin que nuestras creencias influyan en ellas.
- Aceptación: radica en ver las cosas tal como son en el momento presente, aceptando la experiencia que estamos experimentando sin querer cambiarla. No debe confundirse con una actitud pasiva ante la experiencia diaria, sino como la voluntad de ver las cosas tal como son sin intención de cambiarlas ni juzgarlas.
- Dejar pasar tomando conciencia de los pensamientos: sin dejar que otros pensamientos, sentimientos, sensaciones o deseos nos atrapen.
- Intención: es la intención individual de cada persona cuando lleva a cabo la meditación.
En la actualidad, la práctica de atención plena se emplea principalmente para reducir los niveles de estrés y mejorar la autoconciencia. Sin embargo, recientemente algunos estudios han demostrado que el entrenamiento en mindfulness es beneficioso para el funcionamiento cognitivo, influyendo en la atención, memoria de trabajo y control ejecutivo.
Estos resultados positivos se han podido extrapolar igualmente a otras áreas como la regulación emocional, reducción de los niveles de ansiedad, agresividad y mejoras del estado de ánimo y calidad de vida. Todo ello ha provocado que el mindfulness se empleé en el tratamiento de diversos trastornos, desde la depresión, dolor crónico, ansiedad, adicciones, trastornos adaptativos, trasplantes, etc. Ampliándose cada vez más sus ámbitos de aplicación.
¿Es el mindfulness una terapia beneficiosa para el tratamiento del TDAH?
El Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una patología de origen neurobiológico, que provoca dificultades a nivel personal, social y académico o laboral, en el caso de los adultos. Los síntomas nucleares son:
- Déficit de atención.
- Dificultades de concentración.
- Distrabilidad.
- Hiperactividad.
- Impulsividad.
Del mismo modo, estos síntomas pueden llevar asociados otros como el estrés, la depresión, ansiedad y déficit cognitivos.
Los tratamientos utilizados para paliar estos síntomas han sido, hasta la fecha, la combinación de fármacos con terapia cognitivo-conductual y formación a padres. La terapia cognitivo-conductual consigue efectos positivos, sin embargo, éstos son difíciles de generalizar fuera de la práctica clínica y son limitados a largo plazo. En cuanto al tratamiento farmacológico, no todos los niños con TDAH responden bien a éstos y, al igual que la terapia congitivo-conductual, los efectos positivos se observan sólo a corto plazo.
Teniendo en cuenta este abanico de síntomas y las limitaciones en cuanto al tratamiento, actualmente se están llevando a cabo estudios que demuestran que la práctica en atención plena puede resultar un enfoque bastante útil para el tratamiento del TDAH, empleándolo como complemento a la terapia cognitivo-conductual. Estos resultados tienen sentido si asumimos que el TDAH conlleva dificultades en la autorregulación de la atención, los pensamientos y las emociones, provocando a su vez estrés, ansiedad, depresión u otros trastornos, para los cuales el mindfulness ha obtenido resultados positivos.
Los resultados de los estudios llevados a cabo han demostrado que después de un entrenamiento en mindfulness los pacientes obtienen mejoras en su sintomatología nuclear, como son la atención y la hiperactividad e impulsividad, así como a nivel de control emocional y reducción de la ansiedad y la depresión, asociadas en algunos de los casos.
En cuanto a los familiares de niños con TDAH, suelen experimentar altos niveles de ansiedad y estrés, por lo tanto, incluir a éstos en la intervención puede tener resultados muy beneficiosos para toda la familia. Un estudio llevado a cabo por Van der Oord, Bogels y Peijnenburg en el año 2011 y otro llevado a cabo por Lo et al. en el año 2016 demuestran que los padres que acuden a las sesiones de meditación manifiestan menores niveles de estrés y mayores habilidades parentales.
A la vista de estos y otros resultados, el entrenamiento en mindfulness se presenta como una práctica factible para reducir parte de la sintomatología propia del trastorno por déficit de atención e hiperactividad, empleándola siempre como una terapia complementaria, tanto de la intervención cognitivo-conductual como la farmacológica, ya que éstas son las que han obtenido hasta la fecha mayor evidencia científica de mejora de la sintomatología TDAH. No obstante, se deben seguir llevando a cabo investigaciones que demuestren los beneficios de la práctica de meditación para reducir los síntomas de esta patología, ya que los estudios propuestos hasta la fecha utilizan muestras muy pequeñas difíciles de generalizar a toda la población con TDAH.
Belén Rodríguez Rebollo
Psicóloga en formación en AFIP-Instituto Centta